lunes, 18 de febrero de 2013

La noche de Blancanieves y los siete(mil) recortes


A las afueras de Madrid, muy a las afueras, tanto que casi ya no es Madrid, allí tuvieron a bien marcharse toda esa troupe de comediantes que son los trabajadores del cine, como diría Mecano en aquella canción "Actores, directores, productores y demás". Todos embutidos en smokings, trajes de noche cargaitos de lentejuelas, joyas carísimas (prestadas la mayoría) y oliendo a perfumes a juego con sus vestimentas. Vamos, una especie de espejismo de lujo en medio de un polígono de esos que Vaquerizo no entiende porque existen, al lado de la ruidosa A2 o carretera de Barcelona de toda la vida.

Resulta que el que ha sido el escenario casi fijo de esta gala, el Palacio Municipal de Congresos, ya de por si retirado del centro de la ciudad, este año y debido al escándalo en la noche Halloween en el Madrid Arena, tenía problemas importantes de seguridad y no se podía utilizar para celebrar la gala, ignoro si solo ha sido a este acto o ha afectado a alguno mas, también me pregunto si esos problemas han aparecido de repente y llevado por la histeria que sucede a una tragedia semejante. Claro que no es para menos, con tal de no dimitir hubiesen sido capaz de censurar, perdón, clausurar la gala y así de paso salvar la preciada vida de los que mas y mejores medios tienen para protestar sobre todo lo que está pasando, los artistas y en la entrega de premios mas vista de nuestro país, los Goya.

Entre risas, golpes de humor importantes o yendo directos a la yugular, fueron sucediendo las decenas de referencias a lo que está pasando, crisis, desahucios, enseñanza pública, desmorone de la sanidad pública. Una tras otra iban saliendo de la chistera de cada uno de los que salían a recoger premios, del presidente de la Academia o de la mas ácida de todas, la viperina lengua de Eva Hache, impagable. Confieso que el ministro Wert me dio cierta pena (solo un poco, no conviene exagerar) aguantó estoicamente y hasta con cierto humor cada uno de los envites, mejor que el año pasado. Me gustaría saber que pasó antes y durante la gala por la cabeza de este hombre, lo que dijo al montar en el coche al terminar la misma casi que lo se, me juego el cuello a que soltó un "menuda panda de hijos de puta", lástima que nunca nos enteraremos, a lo sumo cuando escriba sus memorias dentro de unos años.

Alguien me decía hoy que estos del cine lo que tenían que hacer es dedicarse a hacer buenas películas y protestar menos, por esa regla de tres, los médicos se deberían dedicar a curar enfermos, los funcionarios a no levantar cabeza de sus puestos de trabajo y así cada uno de los colectivos, que son practicamente todos, a los que les está afectando cada nuevo recorte y varapalo con los que el gobierno nos deleita cada semana. Pues no, estos del cine protestan porque en mayor o menor medida les afecta también, que es verdad que con un vestido de Gucci queda, cuanto menos, raro, pues si, pero no por eso menos válida la protesta. Al fin y al cabo lo que salía por sus bocas es lo que todos pensamos y ellos al menos, tienen las cámaras de la tele pública y a un ministro delante para que les aguante, que no es poco. Ojalá todos tuviésemos esa oportunidad. Si cada ministro y diputado se pusiera cada semana delante de dos mil personas a escuchar sus protestas a lo mejor, solo a lo mejor, cambiaban de políticas.

Blancanieves se llevó no siete enanos cabezones, sino diez, fue la gran triunfadora de la gran noche del cine español, que ayer demostró tener coraje para protestar y saber hacerlo con humor sin que llegase la sangre al río. Del resto de premios ya estarán hablando en todas partes hoy, del vestuario ya hablé ayer y también se estará destripando durante unos cuantos días. De la crisis, los desahucios, la mala enseñanza pública y del resto de cientos de problemas, desgraciadamente, se hablará durante mucho mas tiempo.






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