domingo, 5 de junio de 2011

De encuentros y despedidas.

¿Como puede ser que la diversión de stress? Pues me pasa. Ya han empezado oficialmente los dos meses en  los que las celebraciones se me acumulan. Esta semana he tenido dos eventos de los que no he disfrutado por igual. El primero, la celebración de los cincuenta años de apertura de mi colegio de toda la vida, allí donde ahora se estudia primaria o como se diga pero que antes era la E.G.B., los de mi generación sabrá de que hablo y los mas jóvenes seguramente también, aunque sea por referencias de hermanos mayores.

Por problemas de agenda (siempre tuve ganas de soltar algo así) me fue imposible asistir y eso que me habían conseguido entradas por que al evento solo se pasaba con invitación. Mi imaginación que es muy libre y con tendencia al barroquismo mas excéntrico se imaginaba la fiesta como una de esas a la que asiste SuperVips tipo Paris Hilton o petardas de igual calibre, o sea, alfombra roja, cientos de fotógrafos en el fotocol, ellas monísimas de trajes largos y ellos siempre mas informales pero duchaditos y oliendo a colonia cara. La cosa fue bastante mas sencilla, como era de esperar, reunión de antiguos alumnos de todas las generaciones y profesores también de diferentes épocas. Los que asistieron me contaron que fue muy emotivo.

Siempre me hubiese gustado saber de antiguos compañeros a los que no veo casi desde entonces y ya va para… ¡¡¡Treinta y tantos años!!!, uf. Menos mal que yo sigo estando bien o casi mejor que entonces, con menos pelo pero bastante mas experiencia y ni rastro de aquel bobalicón de catorce años que no sabía que estudiar ni que hacer con su vida, vale que a día de hoy tampoco sepa que hacer con ella pero al menos me da para pagar las facturas y darme algún caprichín. La malvada que llevo dentro se pregunta como estarán los demás, seguro que ellos con tripita, menos pelo que yo aún y cargados de hijos, y ellas celulíticas, llenas de arrugas y con el peso de la gravedad en sus carnes cada día mas latente. A lo mejor me llevaba alguna sorpresa agradable, quien sabe. Espero no tener que esperar hasta la siguiente conmemoración que podría ser dentro de veinticinco años u otros cincuenta para averiguarlo. Sería bonito juntarse, a ver si el facebook hace algún milagro.

El otro evento ha sido asistir a una despedida de soltera. Ya se que sonará algo raro pero hay que romper convencionalismo y si soy amigo de la novia ¿que pintaba yo en la despedida de él? pues eso. Se puede decir que no hicimos nada original, hoy por hoy Madrid tiene locales especializados en este tipo de eventos, cenas con shows en directo mas o menos picantes, la mayoría divertidos que te lo ponen fácil. Lo complicado suele ser el después, el momento “copas” elegir un sitio en el que estés agusto, sea divertido y no muy caro se hace difícil y mas para gente que como nosotros que no salimos mucho y no conocemos los nuevos templos de la diversión en la capital. Madrid tiene muchos bares pero la mayoría ni son grandes, ni originales, ni el personal es especialmente simpático y ya baratos ni te hablo, no existen. Pues estuvimos en uno de esos. Al menos ver como mis amigas eran carne de cañón para los mas jóvenes que intentaban ligar con ellas, fue muy divertido, ellas sosísimas y eso que alguno si que estaba para hacerle un favor. De como acabé la noche, no os lo voy a decir pero fue tarde y satisfecho aunque con un sueño horroroso.

Curiosa tradición esta de celebrar que alguien deja la soltería de manera legal, por que en este caso como en la mayoría de hoy día, los novios viven juntos desde hace años y la boda no deja ser mera formalidad aunque se monte un fiestorro para celebrarlo. Como en tantas ocasiones, no deja de ser una excusa para salir con amigos a cenar, tomar algo y… lo que surja, que esto siempre quedará dentro del secreto de sumario por ambas partes, forma parte de la tradición.

Aún me queda otra despedida la semana que viene, esta vez con chicos, que para eso el que se casa es mi hermano. Ya empalmaré con las fiestas de Getafe y en un mes vendrán las consiguientes bodas. Aún no me he comprado la ropa, ni los regalos, ni nada. Lo dicho, un stress.

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